¿Con qué gafas ves la vida?
- Melinda Sanchez
- 9 dic 2024
- 2 Min. de lectura

Pasamos nuestra vida pensando que vemos las cosas como son, pero la verdad es que vemos las cosas como somos nosotros. ¿Cómo puede ser?
En este artículo te invito a reflexionar sobre cómo ves la vida, cómo ves las cosas, a la gente que te rodea… Las experiencias de nuestra vida condicionan nuestros patrones mentales, es decir, según vamos viviendo y reaccionamos a determinadas cosas, esas reacciones se convierten en hábitos, de manera que terminamos adquiriendo unas formas de actuar acorde a nuestras experiencias. Si nuestras experiencias hubiesen sido otras, actuaríamos de forma distinta y veríamos nuestro entorno de forma distinta.
Por ejemplo: dos hermanas gemelas que han recibido la misma educación, han ido a la misma clase y han tenido la misma familia, en el momento en el que empiezan a vivir experiencias distintas su forma de ver las cosas empieza a ser distinta entre ellas. Una por ejemplo puede tener un gran instinto de superación porque decidió practicar atletismo en el instituto y la otra gemela es poco constante en lo que hace ya que empezó a hacer actividades que no le gustaban y a cambiar constantemente sin realmente encontrar algo que le motivase.
Imagina que cada vez que te encuentres con una situación pudieses escoger las gafas con las que quieres mirar la vida en vez de llevar las mismas puestas. ¿Suena bien? Hagamos el ejercicio con un ejemplo: “tengo un evento de empresa”.
1. El primer paso es detectar cuál ha sido tu primer pensamiento, la reacción a la noticia del evento. Puedo pensar: “qué bien que me voy de fiesta” o “madre mía qué pereza”. Pueden ser muchas más, pero este es sólo un ejemplo.
2. Si decido ir al evento y estoy en el caso de que me da mucha pereza, puedo decidir qué gafas me voy a poner para asistir al evento: las gafas de la oportunidad de pasar un buen rato o las de ir condicionado con el pensamiento de la pereza. Si vas a ir de todas formas… ¿quieres ir pensando en que es un verdadero suplicio o ya que voy me voy a poner las gafas de “voy a ver que pasa que a lo mejor me sorprendo”? Tú eliges.
El aprendizaje está en la oportunidad: no te dejes las gafas puestas… ¡elígelas!
Foto Unsplash
Melinda Sánchez Coach
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