¿Conoces el poder de tu intuición?
- Melinda Sanchez
- 10 dic 2024
- 2 Min. de lectura

¿Cuántas veces has dicho… “lo sabía” y te pones a dar satos porque no has hecho caso a esa fuerza interna que te estaba dando una señal? En este post voy a hablar del poder de la intuición, de nuestro instinto, esa voz que surge de forma espontánea y que la mayoría de las veces no hacemos caso porque no nos hace demasiado sentido o no queremos ver.
Antes de hablar de intuición creo que es necesario mencionar que una de las funciones del cerebro es garantiza nuestra seguridad y supervivencia. La naturaleza del ser humano está diseñada para asegurar el bienestar del individuo. Sobrevivimos y funcionamos por la acumulación de experiencias, por ejemplo: no voy a ir por ese camino porque sé que cuando llueve, el barro puede hacer que mi coche se quede atascado… Pero también sobrevivimos y funcionamos por nuestra intuición.
La intuición es ese pellizco que te llega de repente en una situación determinada, ese pensamiento fugaz, esa sensación en el estómago, en la garganta… que sientes en una milésima de segundo, te quiere decir algo pero o la escuchas de forma clara y le haces caso o lo escuchas como una voz muy lejana que dejas pasar, aunque a posteriori te acuerdas de ella cuando no la has escuchado y dices… “¡si es que lo sabía!”.
A través de la intuición, conectamos nuestro mundo interior con el exterior y el mundo inconsciente con el consciente. Desarrollar la inteligencia intuitiva nos ayuda a escuchar y entender mejor nuestro mundo interior y nos ayudará a tomar decisiones más acertadas.
¿Cómo desarrollar nuestra intuición?
El primer paso es ser capaces de detectarla, ser capaces de sentir ese presentimiento que acude de forma espontánea a nuestra mente. Cuanto más conectamos con la calma y la tranquilidad, con nuestro mundo interior, vivimos el presente, aquí y ahora, la intuición hace presencia de forma más clara y consistente.
Si para desarrollar nuestra inteligencia intuitiva necesitamos calma y dejar a un lado ansiedad y estrés, practicar mindfulness, meditación, ejercicios de respiración, etc. nos ayudarán en este desarrollo.
Haz el ejercicio de diferenciar un pensamiento de la intuición. La intuición suele ser menos verbal que un pensamiento, es una sensación, no necesita un procesamiento consciente.
Practica la observación, presta atención a tu cuerpo, tu alrededor y escucha desde la calma, este es el escenario perfecto para dejar paso a la intuición.
La idea no es que tomes decisiones únicamente a través de tu intuición, pero si aparece y la escuchas, incluye esa sensación en tu razonamiento lógico antes de dar un paso, es una forma de ampliar la información antes de hacer algo o reaccionar. La práctica es tu mejor aliada, ¿te apetece probar?
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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