top of page

¿Cuánto te quieres?


Los extremos suelen ser un poco peligrosos, lo mismo con quererse, igual de malo es quererse muy poco que quererse muchísimo, rozando los límites de la falta de autocuidado por defecto y del egoísmo por exceso. Pero de un extremo al otro hay muchas otras formas de quererse a uno mismo, ¿dónde estás tú?


Reflexionemos sobre las siguientes afirmaciones:

  • Es importante para mí que los demás estén bien (familia y amigos).

  • Me siento mal si no ayudo a los demás cuando me piden ayuda.

  • Me siento saturado de trabajo en la oficina y en casa.

  • Raramente encuentro tiempo para mí, para hacer lo que siempre digo que quiero hacer, pero nunca puedo.

  • Se me pasan los días rápido y cuando me doy cuenta no he hecho nada de lo que tenía previsto.


Si alguna de estas frases te resuena, o te sientes identificado, probablemente seas una persona sensible, muy empática, responsable, que le importa mucho cómo se sienten los demás o cómo les haces sentir, que eres feliz dando y probablemente no hagas demasiado caso a tus deseos. ¿Está mal? ¡Todo lo contrario! Ser sensible, empático, bondadoso… es maravilloso, lo único que podría añadir es que, además de tener estos superpoderes, podrías aprender a aplicártelos a ti mismo para cuidarte un poquito más.


Pongamos un ejemplo: Rocío tiene los superpoderes de los que hablamos, es psicóloga en un colegio y tiene dos hijos. Se ha divorciado hace cinco meses y tanto ella como sus dos hijos están pasando una etapa complicada. Rocío es muy responsable con su trabajo, aunque se siente agotada y preocupada por sus hijos. No llega a todo: colegio, trabajo, compra, extraescolares, casa… Lleva tres meses sin teñirse el pelo y cada vez que se mira en el espejo se siente peor.


¿Qué consejos le darías a Rocío? Quizás podríamos sugerirle que empiece por ser empática con ella misma, no “tienes” que llegar a todo, estás viviendo una etapa complicada. ¿Podría pedir ayuda en el trabajo hasta que se pueda organizar ella sola con todo en casa? ¿Podría pedir ayuda con los niños para ir un día a la pelu y darse unos mimos? ¿Qué más se te ocurre que le podrías decir a Rocío?


Seguro que se te ocurren muchas más cosas, pero la clave está en darse permiso, ser empático contigo mismo, escuchar qué quieres, qué es importante para ti, relajar los “tengo ques” y dejar paso a los “voy a” u “hoy decido que”. Está claro que no vamos a abandonarlo todo e irnos a un ashram a meditar y olvidarnos del mundo (aunque no sé, me están dando ganas…), pero el autocuidado es importante para vivir una vida más plena, más satisfactoria.


Cuidar de los demás es fantástico, gratificante y aporta mucho, pero si además aportas desde una vida de autocuidado, sabiendo lo que es importante para ti, teniendo objetivos y deseos, compartiéndolos con los que quieres, seguro que tus super poderes se multiplican por mil y la vida empieza a tener otros colores. Puedes hacerte esta pregunta cada cierto tiempo: ¿cómo me estoy cuidando del 1 al 10? Si la respuesta no está cerca del 9, pregúntate: ¿qué puedo hacer para que sea un 9 o un 10? ¡Y a por ello!

Foto Freepik

Melinda Sánchez Coach

 
 
 

Comments


bottom of page