Espejito, espejito mágico…
- Melinda Sanchez
- 12 dic 2024
- 2 Min. de lectura

“Espejito, espejito mágico…” decía la madrastra de Blancanieves frente al espejo que le daba una buena dosis de realidad al ser Blancanieves la más bella… ¿Qué te dice el tuyo cuando te miras en él?
Vivimos en una sociedad en la que el físico se está convirtiendo en una carga para muchas y muchos. Cuando nos miramos al espejo, no somos capaces de ver un poco más allá de la imagen que nos proyecta. Si te pregunto: ¿cómo te sientes cuando te miras al espejo? La mayoría de vosotros contestaría algo como… Pufff, tengo el verano encima y aquí sigue la barriga, tengo que hacer algo con mi pelo, se van notando los años, etc. Si te das cuenta, la pregunta no es qué ves, sino cómo te sientes. Reenfocando la pregunta algunos me dirían: mal, inseguro, frustrado con mi cuerpo, ansioso, etc.
Cuando el espejo te devuelve una imagen que te provoca emociones negativas, existe una comparación con algo que suele ser lo que entendemos como ideal de belleza. Por ejemplo: a una chica muy delgada le gustaría tener unos pechos más grandes y más curvas, mientras que una chica con curvas y el pecho muy grande se pone fajas para intentar parecer más delgada.
¿Cuál es tu ideal de belleza y por qué es ideal? La respuesta a esta pregunta está muy relacionada con lo que nos marca la sociedad y la moda en ese momento. Está bien cuidarse para sentirse bien, pero entre cuidarse y la obsesión hay una línea fina.
¿Qué necesitas para hacer las paces con tu espejo?
Cuando te mires, fíjate en algo concreto de ti que te guste y si te animas, háblate, te puedes decir algo como: “pero qué ojos más bonitos tengo”. Normalmente nos hablamos bastante regular a nosotros mismos, nos cuidamos y mimamos poco. Darse permiso, resaltar nuestras cosas bonitas, nuestros logros, es un refuerzo positivo que te ayudará a hacer las paces con tu espejo. ¿Eres consciente de cómo te hablas? Si nunca estás feliz con lo que ves, el resultado puede dar lugar a insatisfacción permanente y por consecuencia, afectarte en tu día a día y a tu estado de ánimo.
El espejo es sólo un reflejo de nuestro físico, si nos devolviera además el reflejo del alma, de nuestra esencia, seguro que la imagen de nosotros mismos tendría muchos aspectos positivos. ¿Puedes pensar en qué imagen verías reflejada? ¿Qué resaltaría? Quizás podría ser tu valentía, fuerza, perseverancia, tolerancia, alegría…
Recuerda: nuestras emociones, cómo nos sentimos, son un reflejo de nuestros pensamientos. Pensamientos negativos igual a emociones negativas, pensamientos y refuerzos positivos sobre mí mismo igual a emociones positivas. Tú eliges.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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