¿Hasta dónde lo lucho?
- Melinda Sanchez
- 11 dic 2024
- 2 Min. de lectura

¿Te encuentras en alguna situación en la que parece que no haces más que luchar, empujar, esforzarte y el escenario no mejora, no cambia?
Pongamos un ejemplo: Marina vive y trabaja en Bruselas, tiene una buena posición de manager en una empresa financiera. Su madre, que vive en Madrid, enfermó hace más dos años y desde entonces está intentando que en su trabajo le permitan trabajar de forma remota para volver a Madrid y poder estar cerca de su madre. Cada vez que lo ha intentado, la respuesta de su jefe es la misma: “la política de la compañía no lo permite”, aunque Marina es consciente de que ha habido excepciones con otros compañeros de otros departamentos. Ha hablado con el departamento de Recursos Humanos, con el jefe de su jefe y ha tenido que llegar a suplicar que le permitan teletrabajar desde España. No ha tenido éxito. Se siente frustrada, menospreciada (por qué otros sí y yo no), cansada y muy desmotivada.
Otro ejemplo: Pablo sigue atrapado en un matrimonio que no funciona, se han dado muchas oportunidades, ido a terapia durante meses, su mujer le ha pedido el divorcio varias veces, pero Pablo se niega a aceptarlo: “tiene que funcionar”. ¿Qué le impide a Pablo aceptar la situación?
En estos casos, cuando somos conscientes de que se han agotado todas las posibilidades, tenemos que entender por qué seguimos en la misma situación. Las razones pueden ser muchas: miedo al cambio, miedo a enfrentar la realidad, miedo a enfrentarme a una decisión difícil, etc. La clave está en saber realmente cuáles son tus prioridades y ser consecuente con ellas.
A veces vivimos atrapados, luchando por relaciones, por trabajos, amistades, familia… Y la situación no cambia. Quizás, quien debe cambiar su perspectiva eres tú. Intenta responder a estas preguntas:
¿Cómo te sientes con respecto a esta situación?
¿Qué es lo más importante para ti con respecto a esta situación?
¿Qué has hecho hasta ahora para que mejore?
¿Ves alguna posibilidad que no hayas probado?
Si no la ves, ¿por qué crees que sigues luchando?
¿Qué crees que hay detrás que te impide aceptar que la situación no va a cambiar?
Es duro entender que por mucho que nos empeñemos en conseguir algo, a veces no funciona. La clave está en entender por qué seguimos viviendo la situación desde la frustración, angustia, ansiedad, decepción, etc. Unas veces podemos elegir otro camino y otras veces no tenemos más remedio que quedarnos en el mismo.
Si tenemos más opciones ¿por qué seguir sufriendo?
Si después del análisis de situación no tenemos otra opción, el trabajo está en la aceptación.
Eres tú quien tiene en su mano seguir nadando contra corriente o intentar fluir con ella.
Luchar por lo que quieres es una actitud de crecimiento, luchar por lo que quieres por encima de tu tranquilidad, felicidad, amor propio… sólo ayuda a desgastarte. Lucha por lo que te hace sentir bien y recuerda, los límites los pones tú.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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