¿Puedes identificar cómo te sientes?
- Melinda Sanchez
- 9 dic 2024
- 2 Min. de lectura
Muchos de nosotros vivimos la vida día a día en piloto automático (si quieres saber más sobre el piloto automático pincha aquí). Nos despertamos por la mañana a la misma hora, desayunamos, trabajamos, comemos, vamos al gym… Y otro día, otro día y otro día. Normalmente nos damos cuenta de nuestras emociones cuando tenemos un día malo y nos sentimos mal, ansiosos, preocupados o sentimos algo en el cuerpo que nos indica que no estamos del todo bien. Pero si estamos sonriendo porque el día está siendo estupendo, ¿cuántas veces te paras a saborear esa emoción de alegría, entusiasmo o satisfacción?
Ante todo, es importante saber cómo se genera una emoción:

Ante una situación generamos un pensamiento que creará una emoción que puede ser agradable o no tan agradable. A partir de esa emoción y cómo nos hace sentir, actuaremos de una forma u otra.
Por ejemplo: en mi trabajo anuncian que va a haber una oportunidad de promoción para un miembro del equipo.
Pensamiento positivo: «qué bien, tengo una oportunidad de crecer»
Pensamiento negativo: «seguro que no me lo dan a mí»
La situación es la misma, lo que cambia es el pensamiento.
Emoción positiva: me siento ilusionada porque tengo una oportunidad
Emoción negativa: me siento frustrado porque presiento que no me van a dar la oportunidad
La emoción se produce por cómo he pensado.
Comportamiento derivado de la emoción positiva: me preparo la entrevista a tope para focalizar mi atención en conseguir el puesto
Comportamiento derivado de la emoción negativa: para qué me voy a esforzar si no me lo van a dar
Esta secuencia podemos utilizarla con con cualquier situación que se nos presenta en la vida. ¿Cómo lo hacemos? Aquí algunos tips para practicar:
Durante el día, para varias veces lo que estás haciendo durante un minuto para preguntarte cómo te sientes, por ejemplo, tres veces al día después de las comidas. A veces nos sentimos felices y no saboreamos la emoción, disfrútala, vivirás la vida de forma más intensa.
Si te sientes mal, pregúntate de qué pensamiento puede venir esa emoción, ¿hay alguna forma de cambiar el pensamiento ante la situación?
Si la respuesta es sí, probablemente hasta que no has utilizado tu conciencia estabas pensando en piloto automático, por lo que al razonar el pensamiento ves que la emoción es distinta. Hay veces que la respuesta es no, entonces acepta la emoción y procura no darle más fuerza, sólo aceptarla, empezarás a trascenderla al aceptarla, pero decide cómo te comportas aunque te sientas mal, hay una gran diferencia entre actuar y reaccionar.
Utiliza el cuerpo para entender mejor qué estás sintiendo. Por ejemplo, si paro a ver cómo me siento y estoy frunciendo el ceño, o estoy sonriendo, o respiro de forma pausada, o me duele la boca del estómago… El cuerpo es el mejor indicador de emociones que podemos encontrar.
Recuerda: somos lo que pensamos. Bienvenido al camino de exploración de tus emociones.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
Comentarios