¿Sabes gestionar expectativas?
- Melinda Sanchez
- 14 dic 2024
- 4 Min. de lectura

¿Qué son las expectativas? Son nuestras esperanzas de conseguir algo o de que algo suceda como pensamos. Cuando emprendemos algo nuevo, ya sea un proyecto, una relación, un trabajo, un plan de fin de semana, un hecho específico en el día, etc. cómo nos sentimos con el resultado o los avances de esas situaciones dependen de cómo hemos gestionado nuestras expectativas.
A nadie le gusta que las cosas no salgan, sentirnos fracasados o decepcionados. La decepción o el fracaso son directamente proporcionales a tu gestión de las expectativas. Cuando tenemos un plan o proyecto, ya sea personal o laboral, la motivación y la ilusión son motores que hacen funcionar nuestro cerebro y nuestras ganas de hacer cosas. La motivación y la ilusión son fuente de vitalidad y ayudan a nuestro cerebro a mantenerse activo. Está genial que conectemos con ese deseo de que pasen las cosas o de que vayan bien, la diferencia está en el poder que les damos a esos resultados imaginarios que todavía no han pasado.
Os pongo un ejemplo de una persona imaginaria, como siempre en mis posts: Lorena lleva saliendo con su novio Lucas más de cinco años, decidieron irse a vivir juntos hace dos y han hablado varias veces de boda. A Lorena le hace mucha ilusión, a Lucas no parece que le corra mucha prisa pasar por el altar, pero ha entendido que para Lorena es importante, así que en su última conversación sobre el tema le dijo que: “bueno, si te hace tanta ilusión lo entiendo”. Lorena se aferró a esta frase como si fuera: “sí Lorena nos casaremos muy pronto”, pero eso no fue lo que dijo Lucas exactamente, eso es lo que Lorena tiene en su cabeza y es lo que quiere que pase. Desde entonces, no ha parado de hacer planes en su cabeza: flores, banquete, invitados… Un viernes cualquiera Lucas le dice que se arregle para una ocasión especial y que esté lista a las nueve. Lorena se vuelve loca de contenta y no para de decirse: “ya está, me lo va a pedir hoy…” Cuando Lucas llega a casa para recogerla, Lorena brilla como una lucecita de la ilusión que le hace que haya llegado ese momento. Llegan a un restaurante muy bonito y muy de moda, Lucas no para de sonreír, Lorena no para de pensar en el anillo. Empiezan a cenar y Lucas por fin dice: “hoy es un día muy especial, me han hecho socio del bufete, me queda un año complicado por delante para hacerme con el puesto y el equipo, pero estoy muy feliz y orgulloso de haberlo conseguido”. La cara de Lorena es un poema. Lucas pregunta: “¿qué te pasa, no te alegras?” Lorena no es capaz de hablar porque sólo piensa en que su boda soñada tardará más de otro año en llegar.
Lorena se ha aferrado a su ilusión y le ha dado tanto poder que ha imaginado una situación sin tener en cuenta la realidad, no han hablado de que se vayan a casar ya, Lucas comentó que entendía que casarse era importante para Lorena, no hubo ningún tipo de acuerdo. Esto nos pasa cuando hacemos planes, por ejemplo, planeamos tanto el viaje y ponemos las expectativas tan altas de lo que vamos a hacer o ver que cuando vivimos la realidad y no es como habíamos imaginado nos sentimos decepcionados, insatisfechos e infelices.
¿Cómo podemos manejar nuestras expectativas?
1. Procura recoger toda la información. Por ejemplo, en el caso de Lorena, podía haberle preguntado a Lucas: ¿qué quieres decir con que entiendes que casarte es importante para mí?
2. Controla tu imaginación. Soñar está genial, pero generar millones de escenarios que no sabes si tendrán lugar te hará sentir ansioso durante el proceso e insatisfecho cuando algo no sea como tu mente ha imaginado.
3. Vive más en el presente. ¿Qué puedo hacer en el presente para conseguir lo que quiero? ¿Estás alineados mi comportamiento y mis acciones con lo que quiero conseguir?
4. Entrena tu mente y tu consciencia para centrarte en la realidad. Los ejercicios de mindfulness y meditación nos ayudan a gestionar nuestros pensamientos y emociones.
5. Aprende de las experiencias. Recuerda cuándo te has sentido desilusionado o insatisfecho y analiza cómo viviste la situación con respecto a los puntos que he mencionado anteriormente.¿Qué puedo hacer distinto en esta situación?
Nuestra realidad se basa en lo que hacemos y sentimos en este mismo momento, el futuro no es real porque no ha pasado, por lo tanto, puedes gestionar tus expectativas desde la realidad. Nos sentimos de una forma determinada porque un estímulo (un hecho o situación que pasan ahora) han dado lugar a un pensamiento y ese pensamiento genera una emoción en mí. Cuanto más entrenada esté nuestra mente, más capaces seremos de seleccionar nuestros pensamientos desde la realidad, por lo tanto, seremos capaces de gestionar mejor nuestras emociones y expectativas. Recuerda: somos lo que pensamos porque sentimos lo que pesamos. Si tú decides qué quieres pensar, serás lo que quieras ser.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
Comments