Meditaciones Fáciles
- Melinda Sanchez
- 14 dic 2024
- 4 Min. de lectura

Muchos de vosotros me escribís comentando que habéis leído el post en el que menciono los beneficios de la meditación y os gustaría empezar a meditar, pero que por falta de tiempo o de constancia no conseguís sentaros a meditar quince minutos todos los días. Es entonces cuando me doy cuenta de cómo tenemos asociado meditar a una imagen de alguien sentado en el suelo, con las piernas cruzadas en posición de loto, repitiendo mantras, haciendo ejercicios de respiración etc. Esta, efectivamente, es una forma de meditar, pero existen muchas otras formas de meditar, sencillas y prácticas, de las que te voy a hablar en este post, que igualmente te ayudarán a obtener beneficios para tu mente y tu cuerpo.
Aquí tienes varios ejercicios que puedes ir alternando en tu día a día:
Meditación de la gratitud
Es una de mis favoritas, consiste en tomarte unos minutos (2-3 minutos) por la mañana nada más levantarte para agradecer por lo que eres o tienes, siendo explícito y no generalizando, por ejemplo: “estoy muy agradecida por la salud de mi familia, porque todos se encuentran bien, por mi salud, por la oportunidad que me da este día de estar aquí, por la oportunidad que tengo en la reunión de las 10:00, estoy muy agradecida porque tengo mis necesidades básicas cubiertas, etc.” Procura ser claro y no agradecer por agradecer. Lo mismo 2-3 minutos antes de irme a dormir, agradeciendo lo bueno del día, por ejemplo: “estoy muy agradecida por el rato tan divertido que he tenido con este compañero hoy, por las buenas notas que ha traído mi hijo, por el detalle que ha tenido mi amiga conmigo, por haberme dado cuenta de…”
La meditación de la gratitud nos conecta automáticamente con el presente, nos ayuda a centrarnos en lo positivo del día ayudándonos a mantener una actitud positiva, nos ayuda a generar consciencia y a relativizar. Es una meditación porque estás poniendo foco, porque eleva tu vibración, porque ayuda a calmar la mente y es además una forma de ver la vida mucho más centrada en la vida real que en los pensamientos que trabajan en piloto automático.
Meditación de la observación consciente
Esta técnica de meditación es fantástica para momentos que yo llamo “de no hacer nada”, por ejemplo: en la consulta de un médico, esperando un autobús, etc. Estamos acostumbrados a mirar el móvil en cuanto nos sentimos “libres”, pero, ¿qué te parecería dedicarle sólo unos minutos a un ejercicio que te ayuda a mejorar tu claridad mental, reducir niveles de ansiedad, mejorar tu atención, etc.?
La meditación consiste en observar, de manera consciente, sin juicio, lo que está pasando en ese momento. Conscientemente quiere decir que tu atención está cien por cien focalizada en ese momento, tu mente describe lo que está pasando sin que ningún otro pensamiento pase por tu mente. Sin juicio quiere decir que por ejemplo, si estás en la consulta del médico y llega un señor que habla muy alto, intentemos ser conscientes de lo rapidez en que tu mente se va a por ese señor y volcar en juicio en él en vez de seguir observando. La idea es mantener la observación consciente, si hay pensamientos o juicios, volvemos a la observación consciente.
Este tipo de meditación nos ayuda a entrenar nuestra mente para poner foco en pensamientos conscientes, nos ayuda a quitarle peso a los juicios y emociones, a diferenciar entre la realidad y lo que nuestros pensamientos nos dicen. Nos ayuda a ser más tolerantes y a tomar mejores decisiones. Cada uno de nosotros tenemos unas narrativas mentales que están basadas en nuestros valores y creencias, cuando esa narrativa desaparece y sólo queda la realidad de lo que observas, empezamos a entender muchos de nuestros patrones y oportunidades de crecimiento.
Meditación de la aceptación de las emociones
Consiste en tomarte unos minutos al día para reflexionar lo que te está pasando en esta etapa de tu vida. Si estás pasando un buen momento, agradece por ese momento y celebra tus logros, reconocimientos, emociones positivas: alegría, orgullo, realización, etc. Acepta, agradece e integra estas emociones en ti. Si estás pasando por un mal momento, pregúntate cómo te sientes: ¿es frustración, abatimiento, miedo, angustia…? Conecta con la emoción y siéntela.
Ser consciente de lo que sentimos y aceptar nuestras emociones nos lleva al autoconocimiento, a vivir la vida de forma más plena y consciente. Este tipo de meditación nos ayuda a responder desde el consciente en vez de reaccionar, al autocontrol y a tomar mejores decisiones.
En definitiva, estas meditaciones no tienen excusa para no hacer meditación, son fáciles, cortas, las puedes practicar en cualquier lugar, nadie tiene que saber que estás meditando… Puedes encontrar todas las excusas que quieras para no hacerlas, así como darles todas las facilidades para que sean parte de tu día a día y te ayuden a crecer. Como siempre, eres tú quien decide, para bien o para mal. Te invito a probar sólo una semana y ¿me cuentas cómo te sientes? Gracias, gracias, gracias.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
Comments