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¿Miedo a fallar?


Reconocer que nos equivocamos puede ser una de las tareas más desafiantes a las que nos enfrentamos como seres humanos. Como coach, veo a menudo cómo el miedo al error puede paralizarnos y alejarnos de nuestras metas. “Mejor no lo intento, ¿y si no lo consigo?”, “¿Qué van a pensar?”, “Esto no es para mí”, son pensamientos que nos limitan.


¿Por qué nos cuesta tanto admitir nuestras equivocaciones?

Desde que nacemos, aprendemos constantemente, y ese aprendizaje viene acompañado de errores. ¿Quién no ha tenido faltas de ortografía en el colegio? ¿Quién no ha dicho algo inapropiado en un momento de impulso? ¿Quién no ha herido a alguien sin querer? La vida nos enseña que el error es necesario para aprender. Sin embargo, solemos asociar la palabra “error” a una emoción negativa, lo que nos lleva a evitar equivocarnos para no sentirnos mal o para no hacer sentir mal a los demás. El problema surge cuando el miedo al fallo comienza a limitar nuestra vida y nuestras decisiones.

Algunos de los factores que influyen en nuestro miedo al fallo son:

  • Miedo al juicio: «¿Qué van a pensar de mí?». Este miedo suele estar vinculado al temor al rechazo, a no encajar o no pertenecer. A menudo terminamos reprimiendo lo que realmente queremos o quienes somos por miedo a lo que dirán los demás.

  • Miedo al cambio: Adentrarnos en lo desconocido o tener que empezar algo nuevo nos genera resistencia. Nuestro cerebro está diseñado para priorizar la supervivencia, asociando lo que ya conocemos con la seguridad. El cambio representa incertidumbre, por que solemos evitarlo.

  • Autoexigencia: A veces nos presionamos tanto por llegar a un ideal por el que creemos que nos van a valorar más, que terminamos perdiendo nuestra verdadera esencia.

  • Vulnerabilidad: «Si no soy fuerte, si no lo sé todo, si no lo consigo…». En nuestra sociedad, la vulnerabilidad se ve a menudo como una debilidad, pero en realidad, admitir que no sabemos o que nos hemos equivocado es un acto de valentía. Tener la fortaleza de decir «me equivoqué» o «no lo logré» es un signo de auténtica seguridad.


¿Cómo darme permiso para fallar y crecer personalmente?

Primero de todo, te invito a reflexionar sobre estas preguntas:

  • ¿Cuánto poder le das a la opinión de los demás (familia, amigos, compañeros de trabajo)?

  • ¿Qué has dejado de hacer por miedo a fracasar?

  • ¿Qué has aprendido de algún error reciente?

  • ¿Te conformas fácilmente? ¿Con qué?

  • ¿Sueles ser fiel a ti mismo o cedes ante las expectativas externas?


Tips para diluir el miedo al fracaso:

  1. Redefine el error como una oportunidad de aprendizaje. Quita la connotación negativa y ve los errores como pasos que te ayudan a crecer.

  2. Sé amable contigo mismo. Cuando te equivoques, evita castigarte o juzgarte duramente. Pregúntate: «¿Qué le diría a un amigo en esta situación?», y aplica la misma empatía hacia ti.

  3. Abraza el cambio. El cambio abre puertas a nuevas oportunidades. Pregúntate: «¿Qué me pierdo si dejo que el miedo me detenga?». Quedarte en tu zona de confort puede impedir tu crecimiento.


Todos nos equivocamos, pero lo que realmente importa es cómo enfrentamos esos errores. Puedes elegir entre mortificarte, esconderte o sentir vergüenza, o bien, aprender de ellos, pedir perdón si es necesario y seguir adelante. Lo hecho, hecho está. Usa cada error como un impulso en tu camino de crecimiento personal.

Foto Freepik

Melinda Sánchez Coach

 
 
 

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