top of page

¿Reaccionas o respondes?

¿Eres de los que a menudo te repites… “para qué habré dicho eso” o “por qué no lo habré pesando un poco más”?


Pasamos el día respondiendo a estímulos, cualquier cosa que pasa o nos dicen en nuestro día espera una respuesta por nuestra parte, pero no siempre espera una reacción…


¿Cuál es la diferencia entre respuesta y reacción?

  • La reacción es automática, aparece según recibimos el estímulo y no interviene la conciencia, ya que la reacción suele venir de nuestra parte más visceral. Entre estímulo y reacción no hay espacio, es estímulo-reacción.

  • La respuesta es consciente porque existe una intencionalidad, existe un espacio entre estímulo y respuesta, un intervalo, unos pocos segundos en los que la conciencia transforma una posible reacción en una respuesta.


Cuando reaccionamos, solemos sentir a posteriori una carga emocional que suele ser negativa: culpa, arrepentimiento, vergüenza…

Por ejemplo: mi hijo vuelve a llamar a la puerta mientras estoy en una reunión conectado en el ordenador.

  • Mi reacción (con cara de enfado y levantando la mano hacia la puerta): “cuántas veces te he dicho que no me molestes cuando estoy trabajando, ¡cierra!”.

  • Mi respuesta (firme y asertivo, pero habiendo dejado unos segundos a mi cerebro pensar durante el intervalo): “estoy trabajando, cierra la puerta y cuando termine hablamos”.


Normalmente, cuando reaccionamos, nos quedamos incómodos y puede que intentemos arreglar las cosas después de lo que ha pasado. A veces es demasiado tarde para volver atrás… ¿Para qué sufrir innecesariamente las consecuencias de tu reacción? Intenta responder en vez de reaccionar, sólo la intención de hacerlo te ayudará a mejorar tus respuestas.


¿Cómo responder más y reaccionar menos?

  1. Practicando mucho.

  2. Pon tu atención en cómo reaccionas ante determinados estímulos. Al principio te costará detectar tus reacciones y sólo podrás reflexionar sobre ellas a posteriori, pero céntrate en cómo te gustaría responder la próxima vez.

  3. A medida que vayas encontrando esas situaciones en las que has pensado cómo te gustaría responder, empezará a aparecer el intervalo, ese pequeño momento en el que no te dejas llevar por la emoción, dejas espacio a tu conciencia y te permites responder.


Recuerda: es un proceso de aprendizaje, por lo que la constancia en la práctica te ayudará mucho. Ya verás cómo te sientes mejor contigo mismo después de haber practicado unas semanas.

Foto Freepik

Melinda Sánchez Coach

 
 
 

Comments


bottom of page