top of page

¿Sabes decir no?


A muchos de nosotros nos cuesta negarnos a hacer algo, sobre todo en el trabajo o con las personas que queremos, es como si una fuerza desconocida nos llevara a aceptar siempre lo que nos piden determinadas personas. Vamos a aprender cómo negarnos con cariño y educación.


En primer lugar, identifiquemos a las personas que saben que nos pueden pedir todo lo que quieran porque se lo vamos a dar: hijos, jefe, compañeros, padres, amigos… Piensa en esas figuras que despiertan en ti esa fuerza invisible que te lleva a acceder a todo y cuando lo consigues te dices: “¿pero por qué he dicho que sí?”.


¿Qué es esa fuerza invisible que hace que termines cediendo? Es la fuerza y el poder que le das a los demás, son tus miedos inconscientes, es tu inseguridad afectiva… Os pongo algunos ejemplos:


  • Mi novio me pide que le acompañe al fútbol y no me gusta nada ir al estadio, lo paso fatal, me agobia la gente y no lo disfruto en absoluto. Me da miedo que me pueda dejar, por lo que prefiero ir al fútbol.

  • Mi hijo me pide ir a un concierto, aunque no tiene edad suficiente, van sus mejores amigos, pero a mí no me parece adecuado. Le dejo ir porque, ¿qué va a pensar mi hijo de mí como madre? Si las otras madres dejan a sus compañeros, a lo mejor no es tan malo…

  • Mi jefe me vuelve a cargar con una presentación que se supone que tiene que hacer él, yo estoy hasta arriba, la voy a tener que hacer el sábado. No le digo nada porque a ver si me van a despedir o se cree que soy incompetente.


Y así podemos poner muchos más ejemplos. ¿Qué tienen los ejemplos en común? Que en todos los casos estoy accediendo cuando en realidad no lo quiero hacer. El problema surge cuando no sabemos enfrentarnos a esos miedos y al final terminamos: explotando con el novio, castigando a mi hijo por otra cosa insignificante y termino cambiándome de trabajo porque me he quemado. Antes de que lleguemos a esos extremos, aprendamos a respetar lo que es importante para nosotros.


La clave para saber poner límites es la asertividad, la capacidad de comunicarnos con los demás poniendo en valor lo que es importante para nosotros, lo que pensamos, tus derechos y necesidades.


Saber decir no se aprende, como todo, a unas personas les resulta muy fácil y a otras complicado, pero si eres de los segundos, aquí tienes unos consejos para poder empezar a poner tus límites:


  1. Como hemos comentado, identifica a las personas a las que te cuesta decir no, también puedes identificar situaciones específicas en las que es más difícil par a ti poner límites.

  2. Cuando surja la situación, antes de responder o acceder, pregúntate a ti mismo: ¿esto es lo que quiero?, ¿qué es importante para mí?, ¿qué me impide negarme?… A lo mejor, aunque te hagas estas preguntas, te sigue costando negarte, pero por lo menos ya vas a ir identificando de dónde viene esa fuerza que te hace aceptar. ¿Es miedo a que piensen mal de mí?, ¿es miedo al fracaso?, ¿es miedo al rechazo?…


Identificar la razón por la que estamos aceptando hacer algo que en el fondo no queremos es un gran primer paso para ser consecuentes con nosotros mismos.


Poco a poco, según te vayas viendo más fuerte, te invito a utilizar alguna de estas frases para empezar a trabajar la asertividad:


  • Entiendo que esto sea importante para ti, pero para mí es importante… por esto… y por esto… (Utilizo la empatía y soy honesto con mis valores y opiniones).

  • Me gustaría explicarte cómo me siento cuando me dices/pides… (Demuestro honestidad, tranquilidad y respeto).

  • En vez de esto que propones, ¿qué te parece? (Doy alternativas).


Recuerda, cuanto más practiques más fácil te resultará poner tus límites. Conócete un poco más, pregúntate a ti mismo dónde está la razón de la aceptación cuando en realidad quieres decir que no. Estoy segura de que poco a poco y con constancia lo conseguirás.

Foto Freepik

Melinda Sánchez Coach

 
 
 

Comments


bottom of page