¿Te lo tomas personal?
- Melinda Sanchez
- 12 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Hay determinadas personas que parece que tienen el don de sacarnos de quicio, de abrir un lugar de nuestro interior que conecta directamente con nuestras emociones negativas y parece que nos apuntan con un dedo imaginario para hacernos sentir pequeños, tontos, inseguros, fracasados, por debajo… ¿Te suena?
Un ejemplo: Celia tiene una amiga de toda la vida que se acaba de casar con un tal Mario, que diga lo que diga, haga lo que haga, en cuanto abre la boca, consigue que se Celia se ponga a la defensiva y cambie su actitud al instante. Celia se ha preguntado muchas veces por qué le pasa eso con él, consigue llevarla a un lado muy oscuro del que le cuesta mucho salir. Si Celia y yo reflexionáramos sobre la situación le preguntaría: ¿dónde ves la amenaza?, ¿qué crees que le pasa a él contigo?
En muchas ocasiones, son nuestros miedos internos e inseguridades las que reaccionan a la hora de interactuar con personas que puede que tengan unos valores o prioridades muy distintos a las nuestros. También puede ser que nuestros mecanismos de alerta se disparen al vivir experiencias que nos conectan con el pasado, experiencias que han sido difíciles emocionalmente para nosotros.
Pongamos otro ejemplo: Berta tiene un jefe nuevo con el que no se siente cómoda, está siempre haciendo preguntas y parece que pone en duda lo que hace. En los veinte años que lleva trabajando, Berta ha podido trabajar con mucha autonomía. Si le preguntas a su jefe, te dirá que Berta es una persona y trabajadora excepcional y que está muy contento con ella. Entonces, ¿dónde está el problema?
Berta ve a su jefe como una figura de autoridad con la que le cuesta entablar proactivamente una conversación y explicarle cómo se está sintiendo en el trabajo. Las creencias y patrones de comportamiento de Berta, desde la infancia, están muy ligados a “hacer caso a los mayores”, “no se cuestiona a papá”, etc. Después de hablar con Berta sobre este tema, ha decidido tener una conversación con su jefe con las herramientas que tiene ahora, como adulto, para enfrentarse a este tipo de situaciones. Le preguntó si había algo que no estaba haciendo bien porque hacía muchas preguntas y parecía que no confiaba en ella. Su jefe le dijo que, todo lo contrario, que preguntaba mucho porque era nuevo en el puesto y Berta le daba toda la información que necesitaba. Le comentó lo contento que estaba con ella, cómo valoraba su conocimiento y llegaron al acuerdo de tomar un café de vez en cuando para hacer crecer la confianza entre ellos.
¿El jefe de Berta también podría haber sido proactivo en comentar lo contento que estaba con ella? Sí, pero quizás no lo vio necesario porque no era consciente de cómo se sentía ella, o quería ser cauto al principio y dejar pasar un poco más de tiempo, o tiene sus propios miedos o inseguridades… El caso es que, si eres tú el que se siente mal, eres tú el que debe identificar cómo hacer para sentirte mejor.
Muchísimas veces estamos dando por hecho que es un tema personal cuando en realidad no lo es y es nuestra mente la que está haciendo que veamos una realidad basada en creencias limitantes o programas del pasado. También puede ser que la persona que te produce esas sensaciones incómodas tenga algún problema, le generes sus propias inseguridades o simplemente tiene un mal día. Eres tú quien decide si te afecta o no.
Cuando te enfrentes a alguna de estas situaciones puedes seguir estos pasos:
Respira y sé consciente de que te estás tomando la situación de forma personal y puede que no lo sea.
En el momento (si puedes) y si no inmediatamente después, toma consciencia de qué emociones produce en ti esta situación con esta persona: enfado, ira, frustración, ansiedad…
¿Qué hace o dice la otra persona que me hace sentir así? ¿Es cómo lo dice?
¿Cómo es esa persona?, ¿sé qué situación personal está pasando?, ¿qué es importante para esta persona?
Haz un repaso de tus valores y prioridades en la vida, conecta con ellos.
¿Es de verdad un tema personal o son mis inseguridades o creencias que se están poniendo en medio?
Respira y reflexiona sobre el poder que le estás dando a la situación.
Decide cómo actuar.
Recuerda: tomar consciencia siempre es el primer paso. Reflexionar y decidir sobre cómo tomarte determinadas cosas ayudará a sentirte liberado de cargas emocionales que no te corresponden. Puede que no sea personal… o sí, la liberación está en cómo decides tomártelo tú.
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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