Volver a la rutina… y no morir en el intento
- Melinda Sanchez
- 13 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Algunos de nosotros estamos de vuelta de las vacaciones en las que unos han podido desconectar a tope de su trabajo y de la rutina diaria y otros menos. ¿Sabes cómo volver a la rutina sin pasar por un bache emocional cargado de pereza, ansiedad e incluso a veces tristeza o hiperactividad?
El período post-vacacional no es igual para todos, incluso dentro de los miembros de una familia que han veraneado juntos en el mismo sitio. Cuando volvemos a casa pueden pasar tres cosas: por un lado, hay personas que piensan… “qué pena que se acabó lo bueno”, por otro lado personas que pueden pensar… “menos mal que se han acabado las vacaciones porque ya se estaban haciendo largas” y el tercer caso es el de las personas que se lo han pasado bien, han disfrutado, pero vienen renovadas y con ganas de empezar. Este último caso no suele generar emociones negativas, así que me centraré en los dos primeros.
En el primer caso has tenido unas vacaciones estupendas y te da mucha pereza volver a la rutina: oficina, casa, cole, compra, etc.
En el segundo caso, querías volver porque algo en tus vacaciones no ha ido del todo bien o puede ser que echaras de menos tu rutina porque te cuesta desconectar, por lo que te apetece ponerte a hacer cosas. No estoy diciendo que sea un problema querer regresar y hacer cosas, llegar a casa habiendo disfrutado, sintiéndote tranquilo y con ganas de hacer cosas está genial, me refiero a que buscas hacer cosas para cambiar o huir de algo.
Son dos casos distintos que podemos afrontar de manera distinta:
En el primer caso es en el que te da pereza empezar. Reflexiona sobre estas preguntas:
¿Qué es lo que te da pereza exactamente? No es lo mismo que me den pereza las cosas de la casa que me de pereza volver al trabajo o madrugar…
Una vez detectado lo que más pereza te da. ¿Cómo podría empezar eso que me da pereza sin que suponga un cambio drástico en mi sensación de bienestar actual? Aquí te pongo un ejemplo: me da muchísima pereza volver al trabajo, tengo que madrugar e ir a la oficina, miles de cosas que se quedaron acumuladas y no veo por dónde empezar… Como es imposible que puedas hacer todo a la vez, lo primero que deberías hacer es organizarte y respetar esa relajación y paz que te han dado las vacaciones. Si te agobias antes de organizarte… adiós a la tranquilidad. Sigue manteniendo los momentos de disfrute. ¿Qué puedo hacer todos los días que mantengan mi estado de bienestar, desconexión y tranquilidad que traigo de las vacaciones?
Relativiza las cosas. ¿Qué consecuencias negativas puede tener que me tome la vuelta un poco más gradualmente en vez de ir a tope desde el minuto uno? ¿Cuáles son las consecuencias positivas?
En el segundo caso, estás deseando volver a casa por cualquier motivo. Si este es tu caso, aquí tienes unas preguntas para reflexionar:
¿Qué es lo que me hace querer volver al trabajo o a mi rutina o mi casa con tantas ganas? A veces volvemos pensando que necesitamos unas vacaciones para recuperarnos de las vacaciones…
¿Qué podrías haber hecho para disfrutarlas más?
¿Dentro de tu margen de maniobra, qué podrías hacer distinto la próxima vez?
¿Hay algo más que tu subconsciente no quiere ver y que te vendría bien trabajar o hablar de ello en esta nueva etapa de vuelta al cole?
Como siempre os digo, el primer paso es reflexionar, tomar consciencia y en este caso específico después de las vacaciones, relativizar mucho. A veces nos ponemos en piloto automático nada más llegar: deshacer maletas, compra, ver emails, comprar libros, reducir gastos… y volvemos a ese bucle que algunos llaman vida, en el que pulsan el botón de encendido y si tiene suerte, sonríen de vez en cuando… La idea es volver a hacer las cosas del día a día intentando mantener algo de esa calma, esa paz, esa reconexión. Mantener la tranquilidad en nuestro día a día nos va a ayudar mucho a enfocar, ser más productivos, tener claridad mental, ser más conscientes de las pequeñas cosas y en definitiva, nos va a ayudar a ser más felices que es de lo que se trata, ¿no?
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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