Saborear la Navidad
- Melinda Sanchez
- 14 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Si te pregunto: ¿a qué te sabe la Navidad? Lo más probables es que me digas: “pufff… mucha comida, pavo, dulces, roscón, chocolate…” En Navidad todo vale y todo está rico, estoy de acuerdo, pero hoy os voy a hablar de saborear la Navidad desde otro punto de vista, menos culinario, y es el que nos dejan las sensaciones durante o después de las reuniones con amigos y familiares.
Las Navidades son para celebrar rodeado de personas, entre los que están nuestras personas favoritas, con las que estamos deseando vernos y pasar un buen rato, pero también aquellos con los que no tenemos tanta sintonía o no tenemos ninguna… Es normal que en estas reuniones haya alguien que no sea santo de nuestra devoción y es, normalmente el que nos deja un sabor agrio o amargo durante o tras la celebración. Si esto que te estoy contando te suena, probablemente tengas a la persona en cuestión en la cabeza. Ya hemos hablado mucho de valores (link al post “Tus valores: aliados para crecer”) y sabes por qué hay personas que “te tocan la tecla”, por lo que, resumiendo, si te hacen sentir mal, es porque probablemente tengáis valores muy diferentes.
Vamos a ir un paso más allá de los valores y creencias, piensa en la etiqueta que tenemos puesta a ese cuñado, primo, tío, amigo, etc. ese que nos toca la tecla. “Este es un…” ¿cómo terminarías la frase? Pesado, idiota, graciosillo, listillo, pelota… Ahora, piensa por qué le has puesto esa etiqueta.
Por ejemplo: Gabriela tiene una prima que es “la guay”, se cree que está por encima del resto de la familia porque gana bastante más que los demás y cada vez que se junta con ella no puede con lo estirada que es. Si le pregunto a Gabriela por qué le molesta tanto que su prima se comporte como “la guay” ella me contesta: “porque siempre tiene que estar por encima”. Yo sigo con otra pregunta para ella: ¿y cómo te hace sentir a ti? Gabriela me responde: “como que no valgo nada, que estoy por debajo y mi trabajo no vale nada, parece que no soy suficiente”. Cuando tocamos este tema, Gabriela empieza a darse cuenta de que su prima le hace sentir inferior y ella le da el poder suficiente para sentirse así. Gabriela tiene un buen trabajo, está feliz con su situación económica y para nada siente que sea inferior.
La clave está en el poder que le da Gabriela a su prima para hacerle sentir mal. Desde el primer momento en el que le ponemos la etiqueta a alguien, le estamos dando el poder a esa persona de influir en nuestras emociones.
Mi intención con este post es que puedas saborear la Navidad sin esas sensaciones negativas que dejan algunas personas en nosotros. ¿Cómo lo hacemos?
Quítale la etiqueta a la persona en cuestión. Por ejemplo: si la prima era “la guay”, pensemos en ella como una persona diferente a mí, que se comporta de forma distinta a cómo me comporto yo y con valores distintos a los míos.
Tengo todo el derecho a que esa persona no me caiga bien. Soy consciente de que no es mi persona favorita, por lo que para un rato que la veo, no le voy a dar el poder de que me amargue la fiesta.
Durante la celebración, sé consciente de qué pensamientos pasan por tu cabeza cuando esa persona está en su momento, cuando te empieza a cambiar el sabor de la fiesta. Por ejemplo, a Gabriela sus pensamientos le dirían: “mírala, ya está otra vez, se hace la importante, no la aguanto…” Cambia esos pensamientos por: “es una persona tan distinta a mí…, soy consciente de que no me gusta cómo se comporta, pero es sólo un rato y no le voy a dar el poder de amargarme la noche”.
Si eres capaz de quitarle la etiqueta y normalizar la situación, te aseguro que te quedarás con un sabor a Navidad mucho más rico que en otras ocasiones. La clave está en el poder que le entregas a la otra persona, no se lo des, normaliza la situación, ponle distancia, piensa que es muy diferente a ti y que tiene derecho a serlo. Los momentos que tenemos en familia y con amigos son para disfrutarlos a tope y la Navidad es una vez al año. Espero que tus Navidades sean dulces y cargadas de emociones positivas. ¡Felices Fiestas!
Foto Freepik
Melinda Sánchez Coach
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